miércoles, 2 de enero de 2008

Los héroes de Maquinación

Allá por fines de los 90, todos los medios de comunicación estaban invadidos por el menemismo y otras potencias del mal, con trajes negros y corbatas amarillas. ¿Todos? No. Un pequeño grupo de periodistas inconsistentes resistió victoriosamente al invasor desde un programa y aún le hace frente al enemigo, que acecha solapado en radio, televisión y gráfica. Estos son los héroes de Maquinación:


Luis Fontoira
Fue un joven emprendedor de proyectos destinados al fracaso.
Hoy solamente es un emprendedor de proyectos destinados al fracaso.
Estudió comunicación social y realización de cine y video pero luego olvidó todos los conocimientos.
Sus primeras armas fueron en “Ambito Financiero”, armas que nunca se dispararon, y rotó sobre su eje en otras redacciones como la de “El Expreso Diario”. Un ignoto jurado que jamás lo había leído le otorgó el "Premio Tea al Estímulo Joven" en el rubro diarios en 1994.
Formó los combos rockeros “Vamo’ al agua”, “Buche de Pus” y “Colgate de Esta”, cuyos hits la historia se niega a reconocer y, mucho menos, recordar. También puso su adrenalina adolescente al servicio del programa "Envuelto en llamas", una diabólica entrega de clips de rock pesado.
De joven paseó su voz descascarada y sus pasmosas generalidades en emisoras como FM Alfa, FM Universal, FM Palermo, FM Winner 96.5 y Radio del Centro.
Nunca abandonó su pasión no correspondida por la escritura y, además de colaborar en dudosos medios acordes a su juvenil alborozo rockero, como la revista “Madhouse”, obtuvo diversos premios en no menos dudosos concursos literarios. Un puñado de sus cuentos se amontonan en antologías literarias: "Para seguir contando" (1996) "La Argentina a puro cuento" (1999), "Quinto Torrente Nacional de Cuentos" (1999), "El despertar, Homenaje a Roberto Arlt" (2000), “Paisaje de Palabras” (2003), “Mundo Literario” (2007). Todos olvidables.
En agosto de 1998, harto de soportar mezquinos jefes en oscuras redacciones, creó el ciclo “Tendencias”, que comenzó a emitirse a través de Radio Splendid AM 990 sin ninguna repercusión de público. El programa continuó, con la rutilante incorporación de Orlando Baratta, Maximiliano Ghielmetti, Francisco Vera Rojas y Merino Soto, hasta mediados de 2005.
En agosto de 2002, merced a la desorientación de las políticas públicas, fue convocado a conducir un nuevo ciclo en “Radio Nacional (AM 870). En un arrebato de genialidad, lo bautizó “Argentina Año Verde”. El intrépido envío duró casi tres años, sólo porque pasó desapercibido.
En agosto de 2005 decide poner fin a la seguidilla de éxitos con el programa Maquinación (Radio Argentina AM 570) concebido en cada uno de sus detalles para ser el fracaso más logrado de su carrera. Lo acompañan los inefables Baratta, Ghielmetti, Soto y otros personajes deleznables.
Fue director periodístico de la Revista Misión Política, que solamente se distribuyó entre perdedores y rufianes, y conductor del envío “Marca PyME”, una verdadera porquería que se emitió en Radio El Mundo.
El resto de los aspectos profesionales de Luis Fontoira, como sus apasionantes apariciones en el programa "Reflexiones a la Medianoche" (Señal Satelital María), el programa “Todos a los botes” o el ciclo documental "Crecer con Equidad" (P&E, 1999) no merecen ser recordados.


Orlando Baratta
Pese a lo que parece indicar su apellido, su firma cotizó fuerte en “Ambito Financiero”. Fue redactor estrella del estrellado Diario Perfil y entregó comentarios sutiles en FM News y Radio Nacional.
Ideó junto a Luis Fontoira las más atroces maneras de ganarse la vida sin trabajar, ganándose el respeto de incultos y desprevenidos.
Acecha a los políticos, quienes temen ser sodomizados por su lengua filosa y sus ácidos comentarios con ritmo de bolero.
Es el espectro periodístico que deambula sin ser visto por los pasillos del poder y se dejó la pelada para seducir a incautas quinceañeras.
Es el hombre de la política, el “Tano loco” de Maquinación.

Maximiliano Ghielmetti
Rockero de fuste y armoniquista sólo por soplar algo, fue galán pero se olvidó. Perdió en alguna noche parte del pelo pero le quedan casi todas las mañas. Orillero y desencantado con el amor sólo busca un mundo más justo para su vejez. El talón de Aquiles de su humor es el queso rayado mal rayado.
Es el encargado de los bocadillos en “Maquinación”. Frases sagaces y sutiles como la fugazzeta, con la ironía a flor de musculosa.
Coautor de los segmentos “Cómo levantarse minas” y “el amor es cursi”, sólo le presta atención a las verdaderas cosas que importan en esta vida, y que son reflejadas en su rinconcito de la poesía.
Seduce a la distancia a oyentes de las más variadas edades. Es, también, compositor de cabecera de la Fanfarria Alto Kazoo.

Merino Soto
El extraño hombre de los dos apellidos sin nombre que, extrañamente, por las noches se hace llamar “Meri”.
Periodista incansable aunque jadeante, corre tras las empresas y casi nunca las alcanza. Comunicador con tiempos de agencia de noticias, arremete con su ametralladora de cables y por las noches deslumbra en las pistas de salsa con sus pantalones blancos, su camisa de seda y sus zapatos de charol, genial artilugio que le permite conocer el color de la ropa interior de las señoritas con sólo un paso.
Día tras día recita las novedades empresarias en “Maquinación”, además de aporrear inútilmente las teclas de una computadora del diario BAE y de haber subsistido a desgano en otros emprendimientos periodísticos, como la agencia Infosic.

Francisco Vera Rojas
Francisco, el “hombre pancho”, como lo bautizaron sus compañeros en un alarde de ingenio e ironía es el encargado de la mirada económica y otro de los galanes maduros de “Maquinación”.
Ex rockero devenido en meloso burgués escuchadordevillancicosdeluismiguel, trabajó años y años en el diario “La Razón”, aunque nunca la tuvo.
También aporreó teclas en la redacción de “El Expreso Diario” y otros fantásticos emprendimientos editoriales. Fundó la revista Bares Baires y, una vez aburrido y fundido, la dejó de lado para dedicarse a la buena vida que le proporcionan sus ingresos como colaborador de “Maquinación”.